Pelícanos rosas

Hace años, tuvieron que hacerme ese tipo de análisis en el que te tiras toda la mañana en el Hospital y te sacan sangre cada 2 horas. El caso es que yo soy bastante aprensiva, y ya antes de entrar estaba pálida. Me siento en la butaca y me dice la enfermera : si no quieres mirar cómo te sacamos sangre, puedes concentrarte en el póster que tienes a tu izquierda. Pensé que era una buena idea. Así que cuando me ataron la cuerda de goma al brazo, giré la cabeza y me concentré en el poster. Pero no podía dejar de imaginarme la sangre entrando en la jeringuilla, y empecé a marearme. Así que a medida que iba perdiendo el conocimiento, me iba repitiendo a mi misma : pelícanos rosas, pelícanos rosas, pelícanos rosas ( el póster )... y me desmayé. Al despertar, había tres enfermeras histéricas abroncándome por no avisar de que solía desmayarme ( pero si nunca me había desmayado), una sostenía mi brazo, con la jeringuilla clavada, mientras otra me sujetaba la cabeza y otra buscaba gasas. Era lo más parecido a la última escena del tercer capítulo de Four Rooms, cuando Antonio Banderas abre la puerta de la habitación del hotel y se encuentra con su hijo fumando, su hija con una botella de vino y Tim Roth sujetando a una puta muerta por la pierna. Eso sí, a partir de entonces, cada vez que siento que voy a desmayarme, me repito : pelícanos rosas, pelícanos rosas ... y ya no me he vuelto a desmayar...