Phoebe's Thoughts

dilluns, de maig 22, 2006

Camping Camping


Los que me conoceis bien, conoceis mi faceta dominguera. La verdad es que hace tiempo que no subo al camoing, lo cual no quiere decir que no lo eche de menos. Mi primera vez fue a los 4 años. Mi tío hacía un par de años que había descubierto una acampada libre en Pineta, en el valle de Ordesa. Para mi padre fue amor a primera vista ( tal es su enamoramiento que en el comedor de su casa, ocupando una pared entera, hay un dibujo del Monte Perdido hecho por él, y que sólo hemos conseguido que oculte a medias con una capa de pintura velada ). Entonces empezamos nuestro periplo por los campings de Catalunya. Empezamos haciendo rutas por los Pirineos, sobretodo la parte de Lleida. También empezamos a ir los veranos a un camping en Vilanova, el Vilanova Platja, que ahora es megacamping superhipermegamoderno que da un asco impresionante de lo masificado que está. Recuerdo con mucho cariño el camping Conca de Ter de Camprodón, dónde mi padre se aficionó a las ancas de ranas, con aquel supermercado que solo vendía cosas de chocolate, y la sala de cine. Recuerdo el camping de la Cerdanya, al que íbamos en invierno, y que si te descuidabas, te nevaba mientras comías en la caravana y ni te enterabas. Pero sobretodo, recuerdo con mucha nostalgia las acampadas libres en Vilanova. Lo primero que tuvimos fue una de esas tiendas canadienses azules con toldos naranjas. Éramos como los gitanillos, nos poníamos todos bastante juntos y hacíamos toldos con plásticos para hacer sombra. Recuerdo que mi padre y mis tíos se lo curraron y dejaron aquello la mar de habitable, con sus niveles y sus balsitas y todo. Para ir a la playa teníamos que cruzar la vía y tengo mil anecdotas sobre aquello. Los niños teníamos total libertad de moviemientos, recuerdo que íbamos a por helados al pueblo solos, y traíamos copas de brasil para todos. Mi padre y mi tio buceaban y todos los dias teníamos pulpos, almejas, caracolas y cangrejos. Todo muy bonito, hasta que un día, al venir de la playa, vimos que un tío había provocado un fuego y había quemado casi toda la zona cercana a la acampada. Y fue entonces cuando nos fuimos al camping Vilanova Platja. Allí jugábamos a tenis por la noche, desyunábamos sardinitas y nos bañábamos en la piscina. Allí fue donde la idiota de mi prima se tiró de cabeza a la orillita y se partió el diente, dónde abrió la barbilla por juntar demasiado la rueda con la niña que tenía un cocker, dónde nos sacamos nuestras pelillas vendiendo agua de la fuente en botellas recicladas, dónde a mi primo le abrieron la cabeza con una piedra, hogar de la Barbie superstar y sus hijos balas perdias, las bicis grandes rojas, y nuestra Adria, los niños belgas que comian tortas de arroz, los chupitos de kiwi y los sujetadores con naranjas ( ojalá volviera eso ). En fin, uno de esos años mi madre estuvo a punto de morir y estuvo ingresada en el hospital de Vilanova. Digamos que le pillamos manía al pobre pueblo. Despues veranos y veranos de Benasque, Cerler, Pineta... y un dia acabamos en Andorra, en el camping con más peligro por riada de todo el estado español según la guía de campings. Se llama Frontera y se puede ir andando al Punt de Trobada, lo cual es una ventaja. Antes era más divertido, porque al estar en plena frontera, los viajecitos de los traficantes hacían más amena la estancia, siempre había coches patrulla por allí y una vez, estando solos en nuestra zona, entré al lavabo y había un tío duchándose desnudo, no tenía toalla ni nada. Mi padre se cabreó y fue a ver y él y mi madre lo persiguieron. La poli nos dijo que seguramente era un traficante de tabaco, que con esas miniverjas que tenía el camping se solían colar para ducharse.

En fin, el mundo del camping es un mundo a parte, dónde hay compañerismo y tu casa es mi casa, todos odiamos a los del caravaning, la gente acaba por hacerse réplicas de su hogar, poniengo parquet en el avancé, tele de plasma y cocina de vitrocerámica. Se crean vínculos que jamás mueren y recuerdos que jamás se borran. Para mi, es lo mejor para la infancia de un niño. Algún dia os contaré la historia de la bien hecha y su hija la cara hierro, y el tochúo y las úas.

1 Comments:

Blogger Satellite Girl said...

El año pasado, estuve en un camping de Albarracín, cerca de Teruel (no me atreví entrar en la ciudad, pues me quedé 3 días en un camping). Soy novata para estas cosas, y un día antes del viaje me fui a Decathlon o cómo se llame, me compré una tienda por 25 euros.

Estaba muy animada para ir de viaje en coche (que normalmente voy sola por no perjudicarle a nadie por mi conducción demasiada segura, jajaja).

Fue uno de aquellos viajes repentinos típicos de mí, pues no llevé el saco de dormir, porque nunca he tenido frío en una tienda. ¡Qué va!

Me arrepentí. Nunca más! Nunca más sin el saco aunque sea en pleno verano!!!

En cataluña, fui una vez al camping de Tamariu (creo que era San Fransesc) con unos amigos. Y el resto, era Slovenia, Hungría, Chequia, fue 1997.

Sí, sí, me gusta ir de camping Guiomar ;)

9:39 p. m.  

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