Killer Gym
A la pregunta " ¿ Puede el gimnasio cambiar nuestras vidas ? ", Lu y yo nos hemos respondido "no" casi al unísono, así que armadas de valor, capucha y gafas oscuras, nos hemos encaminado a nuestro "GYM", y hemos solicitado la baja. A mi me ha entrado la risa floja cuando la chica de recepción nos ha preguntado la razón por la que lo dejábamos, y he dejado a Lu sola ante el peligro soltando la mentira que hemos estado preparando en el coche de camino ( pero ¿¿ porqué tenemos que mentir ?? ) a saber : porque nos vamos fuera una temporada. Pues no, lo dejamos porque nos da pereza aniquilarnos los cuerpos después de sufrir el estrés del trabajo, porque no somos unas adictas a contar las calorías de las galletas integrales ni nos gastamos un pastón en cremitas con efecto botox. Porque, señores, por muchas horas que le echemos, hay que ser realistas, nunca estaremos buenas. Lo sabemos, acabaremos siendo "la amiga simpática", pero nos hemos resignado y ya estamos preparando nuestro arsenal de vodka, nuestra colección de grandes éxitos de Chaga Khan y nuestros perros alsacianos. Nuestra celulitis está bien dónde está, ya casi ni noto ese flotador que siempre me acompaña y nunca tendremos las piernas de Adriana Karembeu, por mucho que nuestro entrenador personal nos diga que con 500 horas de pesas se consiguen. No, no y no. Hemos dicho no. Nos hemos rebelado contra la opresión y la esclavitud de este nuestro vanidoso siglo. Y, oh my, qué liberación !!!